CRÓNICAS DE MAL SUEÑO

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Location: LER, Talca, Chile

Monday, September 26, 2005

Circunstancias de la Muerte

Ha pasado el tiempo como si lo empujaras triste y lo hicieras llegar hasta mí, para que no te reconozca detrás de cada día que pasa. ¿Desde dónde estás haciendo tu juego de esconderte de mí, de nosotros, de esta historia que nunca creíste pero que empezaste? Los sueños en que tomabas mi mano ya no se repiten tan seguido y he aprendido el sublime sacrificio de decir que ya no estás y que te fuiste para siempre, pero tu cintura… ¿bajo qué mano irá a parar tan lejos para no recordar ese verano? Yo logro a veces recordar a quien está conmigo cuando sigo la línea de tu espalda. Es esta una declaración velada, tal vez, de mi infidelidad naciente, pero amor mío, sólo así lo entendemos en este espacio en que hablamos y volteamos eternamente para mirar la Luna que ya no está oculta, porque del eclipse no sabíamos.
Desde hace un tiempo siempre será Noviembre para nosotros, cuando pase la línea y el color del pelo no sea más que un engaño. Estarás ahí hasta mi muerte, de la que aun no vuelvo, contradictoriamente, como esta historia. Y ya no será más Marzo.

Monday, September 12, 2005

Cuatro años y un día

Antes del sueño


La imagen está en un marco de madera, de bordes gruesos y curvados hacia ti. Lo miro como a un sueño como siempre quise, porque no es la imagen de la belleza, no es la postal cosmética, no tiene tus rasgos simétricos ni la sonrisa que algunas veces me diste sin miedo, sin este miedo que me tienes como si yo trajera el infierno y la traición. La elegí un día, la primera y última vez que tuve la oportunidad de robar una parte de ti, y la escogí porque sabía que así te iba a soñar, en un fondo nebuloso, atada a nada, sin tiempo. El centro es tu cara blanca, y tú miras desprevenida, como sorprendida, con una mano en la boca como si comieras o silbaras. Por ambos lados de tu cara caen cascadas que no quisieron apretarse con tu pelo recogido. La corbata exageradamente torcida hacia la derecha, el cuello y los puños desarreglados. Sé que estás cerca de los quince años y ese cálculo me produce una inercia de anciano, un temblor de fatalidad. El día de esta imagen ya sabíamos que sería imposible, que el tiempo había avanzado hacia atrás, que entré en el sueño cuando aún no dormía.

Pero tú no te lo preguntaste.